lunes, 5 de octubre de 2009

DESCUBRIMIENTO O ENCUBRIMIENTO - 12 DE OCTUBRE DE 1942

¿Conquista?¿Encuentro? ¿Cómo se deben enseñar hitos históricos como el 12 de octubre de 1492 o la Guerra del Pacífico en la sala de clases? Tres historiadores, Cristóbal Aljovín de Perú, Gustavo Rodríguez de Bolivia y Eduardo Cavieres de Chile, responden a estas interrogantes y proponen una complejización de los contenidos que permita la inclusión de todos los puntos de vista del conflicto.


A mediados de octubre del 2006, se realizó el Foro Bicentenario Latinoamericano Mitos, tabúes y silencios. La construcción de las memorias nacionales. Destacados historiadores de América Latina, como los que responden a continuación, entablaron un diálogo acerca de cómo se construye la historia a partir de los relatos oficiales. Quisimos indagar cómo debe enseñarse la historia en la sala de clases para que dé cuenta de otras narraciones, generalmente marginadas. Lee aquí sus reflexiones.

Foto color Eduardo Cavieres

Eduardo Cavieres, Doctor en Historia, profesor Universidad Católica de Valparaíso y U. de Chile

Por muchas razones, especialmente por sus altos contenidos formativos, la historia debería recuperar sus especiales rangos disciplinarios, en particular su temporalidad y por ello la siempre necesaria ubicación de las personas en el tiempo, que les permita no sólo tener una memoria histórica de mayor extensión, sino también poder comparar situaciones y procesos rompiendo la tendencia cada vez mayor de una sociedad anclada sólo en el presente, sin visualizar hacia el pasado y menos tener claridad sobre los proyectos de futuro. La relación con las ciencias sociales, que puede tener algunos aspectos positivos, ha incidido en una pérdida de los significados más importantes de la historia.


Gustavo Rodríguez Ostria, historiador y lic. en Economía. Viceministro de Educ. Superior, Ciencia y Tec. en el gobierno de Carlos Mesa

Hablo desde la experiencia boliviana, aunque supongo que el caso es similar al de otros países. Aunque en la última década los textos escolares de historia se renovaron en Bolivia, como efecto de la Reforma Educativa, predomina el enfoque positivista de las “historias patrias”, destinadas más a cohesionar la nación, que a explicar los procesos históricos, que por naturaleza son contradictorios. Por otro parte la perspectiva está centrada en la historia política como la historia del acontecimiento, de las personalidades notables y del Estado, lo que suprime por tanto la presencia de grupos étnicos, mujeres o simples pobladores y las trayectorias locales o regionales. Además, al privilegiar la esfera política, como si fuera el único sustrato de la historia, se pierda toda la complejidad de la vida humana, que debería ser el objeto de la historia, pues se borra la vida cotidiana, el dolor, la muerte, las fiestas y los olores. En verdad creo que con los actuales textos un estudiante termina desconociendo la historia, y se refugia, cansado y aburrido, en la repetición memorística de fechas y nombres.

Foto color Cristóbal Aljovín

Cristóbal Aljovín de Losada, doctor en Historia de la U. de Chicago. Profesor de la U. Nac. M. de San Marcos (Perú)

Primero creo que el sistema educativo, no sólo del Perú sino también en el resto de América Latina está cambiando radicalmente. Si uno ve los textos escolares se observa que están diseñados de manera tal que la historia es sólo una parte de ellos, no son sólo de historia como cuando yo era estudiante. Tratan de incluir otras materias como geografía o economía: el Perú relacionado con la historia del mundo, en relación a Asia, etc. Esta nueva propuesta tiene puntos positivos, como ubicar la historia nacional dentro de un contexto mayor, pero también puede llegar a ser un conocimiento muy vago y corremos el riesgo de que se pierdan ciertas nociones de pertenencia, donde puede quedar fuera una reflexión más profunda sobre las acciones del hombre y la mujer en la historia. Cuando se quiere ampliar demasiado, está el riesgo de terminar siendo muy superficial.

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