domingo, 6 de diciembre de 2009

TESTIMONIOS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO EN PRIMERA PERSONA

“Todo esto era un gran lago”
Abakar Maydocou Mahamat. 59 años. Agricultor, antiguo pescador. Lago Chad (Chad) El pueblo de Abakar estaba muy cerca del lago Chad y él trabajaba como pescador. Cuando el agua se evaporó se hizo agricultor. “Cuando yo era joven había muchísima agua. Llovía tres días enteros y el campo reverdecía, todo era más bonito. Pero ahora ¡llueve tan poco! Todo esto alrededor de donde estoy sentado era un gran lago”.




“Si esto empeora, el ganado desaparecerá. Y nosotros también”

Dogna Fofaza. 66 años. Cazador y agricultor. Dioumara (Malí) En la última década, las precipitaciones han disminuido en Malí entre un 30% y un 40%. La temporada de lluvias llega tarde y es más corta. “No entiendo por qué ahora hace más calor que antes. Ha habido un cambio, un gran cambio. El agua que cae no basta. Si esta situación empeora, el ganado desaparecerá. Y nosotros también”.









“No quiero ir a vivir a otro lugar”

Taibo Tabokai (15 años). Vive en un pueblo inundado. Atolón de Abaiang (Kiribati) Su pueblo, Tebunginako, ya ha perdido una franja costera de cien metros de ancha. “Ha venido gente de fuera y nos han reunido a todos los del pueblo para explicarnos que no tengamos muchas esperanzas, que al final podemos perderlo todo aquí. No quiero tener que ir a vivir a otro lugar por la fuerza”.










“Cuando era pequeño, llovía mucho. Ahora apenas hay agua”

Chai Erquan. 65 años. Agricultor y pastor. Hongsheng, Ganzu (China) La desertificación está amenazando seriamente la provincia china de Ganzu. El número de tormentas de arena se está multiplicando y cada vez se pierden más tierras de cultivo por el avance del desierto. “Creo que la vida será cada vez más difícil aquí. No tenemos mucha esperanza. Apenas hay agua. Sin embargo, cuando era pequeño, llovía mucho, teníamos agua y riachuelos por todas partes”.







No hay qué comer, no tenemos más opción que arriesgar la vida”

Hosnaara Khatun (22 años) y su hijo Chassan. Gabura (Bangladesh) “Hace siete días, un tigre mató a mi marido cuando fue al parque de Suderbans a coger miel. Estoy desesperada. El cultivo de arroz ha bajado. Casi no hay peces en el río. La vida es muy dura. Aunque ir a Suderbans es muy peligroso, porque hay cientos de tigres, la gente seguirá yendo. Si no hay qué comer, no tenemos más opción que arriesgarnos”.








“No hay casi agua. Nuestras barcas están varadas en seco”

Mama Saranyro. 59 años. Pescador de la tribu nómada Bozo. Salamandaga, lago Korientzé (Malí) La vida es cada vez más dura para los pescadores de este pueblo nómada. Hay menos agua y menos peces. “Nosotros, los bonzo, éramos pescadores nómadas por tradición. Nos desplazábamos en barcas. Ahora no hay casi agua. Nuestras barcas están varadas en seco”.



Texto: Mathias Braschler / Fotografía: Monica Fischer
Diario El País (España)

No hay comentarios: