A sólo cuatro meses de la Prueba de Selección Universitaria, expertos en orientación cuentan cuáles son las principales preocupaciones de los jóvenes que están en 4° medio y entregan algunos datos para manejar el estrés y rendir en el estudio. Reproducimos el artículo publicado hoy en El Mercurio.
Por Pamela Carrasco
Priorizar y planificar
Organizar bien el tiempo es uno de los temas más importantes para no colapsar en el camino. Virginia Seyler, directora del departamento de orientación del preuniversitario Pedro de Valdivia, dice que lo primero es hacer una lista con las cosas que estresan. “Recomiendo anotar en un papel las tareas que hay que hacer y definir prioridades. A partir de eso, empezar a resolver según la urgencia y hay que procurar realizar una cosa a la vez. A veces es bueno empezar por lo más fácil y rápido, ya que al obtener resultados positivos se pueden afrontar con ánimo otras tareas más complejas”, dice.
Manejar el estrés
Ponerse nervioso es inevitable y ayuda a estar alerta. “Pero esto no puede paralizar”, dice Natalia Salas, académica y psicóloga educacional de la Facultad de Educación de la U. Diego Portales.“Cuando los jóvenes empiezan a tener llantos descontrolados, no quieren o no pueden estudiar y no son capaces de buscar estrategias para enfrentar la angustia, quiere decir que deben buscar ayuda”, añade.
Mantener las notas
Un dilema constante tiene que ver con elegir entre concentrarse en rendir en el colegio o darle prioridad a la preparación de la prueba. Para Carolina Herrera, sicóloga vocacional de la U. de los Andes, es un error olvidarse del colegio para dedicarse a hacer ensayos. “Las notas del colegio son importantes a la hora de ponderar y además en 4° medio se repasan muchas materias importantes para la PSU”.
Organizar la vida social
Entre el colegio y la PSU, ya no queda espacio para pololear ni salir con los amigos. Natalia Salas, de la UDP, cree que es vital mantener una vida social y pasarlo bien, pero teniendo claro que este es un período especial. “No pasará nada si salgo menos con los amigos o veo menos a la polola o el pololo por cuatro meses. Hay una meta y tengo que hacer un pequeño sacrificio, y los que me rodean deben entenderlo”.
Combatir el cansancio
Sentirse agotado físicamente también es normal a estas alturas. “Por eso es importante alimentarse bien, dormir a sus horas y sobre todo hacer algún deporte, ya que eso libera endorfinas y te relaja”, dice Carolina Herrera. Aunque, claro, midiendo los tiempos. “Si antes estaba en el equipo de fútbol y jugaba todos los días, ahora puedo reducirlo a dos o tres, pero no cortarlo”, añade.
Saber concentrarse
Otra queja de los estudiantes es que se pasan largas horas estudiando o haciendo ensayos, pero sienten que no avanzan. Carmen Gloria Muñoz, directora de Admisión y Extensión del preuniversitario Cepech, no recomienda estudiar de noche y dice que lo ideal es hacer un alto cada 45 minutos. “Pararse a tomar un jugo y seguir con otra materia; es decir, empezar con matemática y luego cambiar a lenguaje”.
Tener técnicas de estudio
Para Carmen Gloria Muñoz, lo central es que el estudiante detecte con qué técnica de estudio le ha ido mejor en el colegio. “No todos somos iguales, así que hay que ver si me resulta mejor leer, hacer resúmenes, estudiar solo o en grupo, etcétera”. Virginia Seyler, en tanto, enseña una técnica. Primero hay que “pre-leer” o echar un vistazo a la materia ; luego leer y subrayar conceptos clave y hacerse preguntas; después expresar las ideas en voz alta y usar las propias palabras para explicar la materia y responderse las preguntas hechas antes (así se puede ver si se entendió bien todo); luego escribir y sintetizar (hacer esquemas, elegir ejercicios, de modo de organizar la materia y retenerla) y finalmente repetir, o sea, releer lo subrayado, practicar ejercicios, revisar lo olvidado y simular pruebas. “Este sistema permitirá reforzar lo aprendido y hacer que se nos quede en el largo plazo”, dice Seyler.
Responder a la presión
No hay cómo escapar. Durante todo 4° medio la pregunta clásica de parientes, amigos y conocidos es “¿qué vas a estudiar?”. Natalia Salas recomienda valorar la preocupación, pero tener una respuesta tipo preparada, que sea “breve pero elegante”. Carmen Gloria Muñoz recomienda contrapreguntar “En vez de responder, consultarles cómo fue que ellos decidieron hacer lo que hacen ahora, cómo es su profesión, etc. ya hará que la persona empatice con el estado del joven. Y al estudiante le permitirá tener una idea real de cómo otra persona resolvió sus dudas. Y si después de eso quien preguntaba insiste, simplemente decirle ‘lo estoy evaluando’”.
Fuente: El Mercurio l Ver imagen digital
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