A algunas de las personas más geniales y creativas que conozco no les fue bien en el colegio. Muchas de ellas no descubrieron lo que podían llegar a hacer – y quienes eran en realidad – hasta que dejaron el colegio y superaron la educación que habían recibido.”
(Ken Robinson)
“Paul pasó la mayor parte del tiempo que estuvo en el Liverpool Institute haciendo el tonto. En lugar de estudiar cuando llegaba a casa, dedicaba la mayoría de las horas a escuchar rock y aprender a tocar la guitarra. Resultó que aquella fue una elección muy inteligente, especialmente cuando conoció a John Lennon en una fiesta del colegio, en otra parte de la ciudad.
“(…) él siempre había amado la música, pero en el colegio nunca disfrutó de las clases de esta materia. Sus profesores creían que podían conseguir que los jóvenes llegasen a apreciarla haciéndoles escuchar discos viejos y rayados de música clásica. A Paul aquello le parecía tan aburrido como el resto de las clases.
“Durante toda su educación nadie reparó en que tenía talento para la música. Incluso llegó a solicitar su ingreso en el coro de la catedral de Liverpool y no lo aceptaron. Le dijeron que no cantaba suficientemente bien. ¿De verdad? ¿Cómo era de bueno ese coro? ¿Hasta qué punto puede ser bueno un coro? Irónicamente, el mismo coro que rechazó al joven McCartney acabó llevando a escena dos de sus composiciones.
Foto del curso de Paul McCartney en 1952.
“El Liverpool Institute se ha convertido en el Liverpool Institute for Performing Arts (LIPA), uno de los principales centros de Europa para la formación profesional en bellas artes. Su presidente de honor es sir Paul McCartney. Las viejas y polvorientas aulas en las que pasó su adolescencia fantaseando acogen a estudiantes de todas partes del mundo que hacen lo que él soñaba hacer, música, así como a aquellos que están aprendiendo a salir a escena en campos muy diferentes.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario